Hoy día ha cambiado mucho la percepción que tiene la sociedad respecto a la profesión de detective privado.
La imagen generada años atrás por medio del cine y la novela negra, en la que un personaje casi siniestro, embozado bajo una gabardina con las solapas levantadas y un sombrero de ala ancha para protegerse de la lluvia, persigue escondiéndose en los portales a un supuesto marido infiel, afortunadamente pasó a la historia.
En la actualidad, más que saber si nuestra pareja nos engaña, lo cual no es baladí, nos interesa mucho más conocer la situación económica real y así poder luchar por nuestros derechos, o bien saber exactamente con quién están nuestros hijos cuando ¨les toca¨ estar con nuestra ex pareja…, y los métodos utilizados por estos profesionales han ido variando a lo largo de los años, apoyándose especialmente en las nuevas tecnologías, siendo habitual usar todo tipo de dispositivos electrónicos, así como varios tipos de vehículos, en función de las circunstancias de cada investigación.
En los últimos años, gracias al cada día mayor conocimiento y reconocimiento de la profesión de detective privado, la sociedad en general cuenta con más frecuencia con los servicios de estos profesionales, requiriéndoles para una extensa variedad de problemas, los cuales serán tratados con la mayor confidencialidad y pondrán todos los medios a su alcance para intentar solucionar el problema de cada cliente.
Desde el trabajador que se declara enfermo y está en situación de IT (incapacidad temporal), con el consiguiente perjuicio a la empresa donde trabaja, y se dedica a hacer actividades no compatibles con su supuesta enfermedad; el empresario que sospecha que le están robando, tanto efectivo, como mercancía, como clientes…, y necesita obtener pruebas para despedir a ese trabajador desleal; cualquier empresa con problemas internos entre sus empleados, como consumo de drogas o alcohol, conductas dudosas, robos, etc., y necesita infiltrar a un detective privado bajo la figura de nuevo empleado para comprobar estas situaciones; hoteles, centros vacacionales, etc., interesados en realizar controles periódicos en sus instalaciones contratando a detectives privados como “cliente secreto”, y de forma absolutamente discreta llevar a cabo un exhaustivo control de calidad en todos los departamentos…, y un largo etcétera de situaciones en las que la intervención del detective privado es esencial para descubrir la verdad y, aún más, aportar las pruebas necesarias para ratificarse como perito/testigo ante los juzgados pertinentes.
En la sociedad actual se producen situaciones muy dolorosas para las familias, y desgraciadamente son mucho más habituales de lo que podríamos pensar. Hablamos de malos tratos en todos los ámbitos, fuga de menores del domicilio familiar, consumo de todo tipo de drogas, alcohol, etc., acoso de todo tipo, amenazas, humillaciones, incumplimiento de órdenes de alejamiento, anónimos, etc. En este ámbito puede ser muy útil contar con los servicios de un detective privado, a veces incluso podríamos decir que es imprescindible, ya que ante situaciones en las que las autoridades no pueden intervenir por diferentes causas, la figura de este profesional se convierte en la única herramienta posible para esclarecer y demostrar los hechos y, en último caso, proteger, intervenir e incluso detener a cualquier persona que se observe cometiendo un delito.
La profesión de detective privado en Tenerife ha alcanzado en los últimos años un gran auge, lo que ha supuesto que proliferen en esta isla tanto los nuevos despachos como multitud de estudiantes recién salidos de la universidad e intentando mantenerse a flote en este duro pero reconfortante negocio.
A comienzos de este nuevo siglo, en el año 2000 apenas había en Tenerife 6/8 despachos de detectives privados en activo. En este 2023 hay unos 50 detectives habilitados en la isla, lo que supone un aumento considerable de la actividad y del interés de la sociedad en la misma. Aunque es más conocida que hace unos años, aún a día de hoy sigue siendo una gran incógnita para la población en general los múltiples servicios que ofrecen los detectives privados y el enorme ámbito de actuación en el que actúan.
Los detectives privados en Tenerife están condicionados por el hecho de estar en una isla, y aunque esto no es óbice para que se lleven a cabo todo tipo de servicios, sí es cierto que al tratarse de una isla con carácter turístico, se realizan muchos servicios enfocados a este sector. Citemos, por ejemplo, la contratación del “Cliente secreto”, normalmente una pareja de detectives privados que con absoluta discreción llevan a cabo un control de calidad exhaustivo en todos los departamentos del hotel/complejo durante una breve estancia en el mismo. Otro ejemplo sería el establecimiento que sufre irregularidades en su plantilla como bajo rendimiento, consumo de sustancias no permitidas, hurtos, conductas dudosas, etc., en cuyo caso se contrata a un detective privado y se le incorpora a la plantilla como un empleado más, el cual además de cumplir con el puesto para el que “oficialmente” se le haya contratado, se dedicará a infiltrarse entre el personal y extraer toda la información y pruebas posibles de los hechos acontecidos.
Aparte de la actividad de los detectives privados en Tenerife en el ámbito turístico, la profesión abarca prácticamente todos los sectores de la sociedad de la isla; podríamos decir que en el momento en que una persona tiene un conflicto con otra, sería viable la intervención de un detective privado, y por tanto prácticamente solo quedarían fuera de su ámbito de actuación los delitos estrictamente perseguibles de oficio, según regula la Ley de Seguridad Privada 05/2014 de 4 de abril.
El intrusismo en la profesión del detective privado en Tenerife, así como en el resto del territorio nacional, es un mal endémico difícil de erradicar, ya que se basa en la buena fe de las personas y en el desconocimiento de la profesión por parte de la población, unido al oscurantismo que ha sufrido durante décadas.
A la hora de contratar a un detective privado hay que tener presentes varias cuestiones, y la primera y más importante es que esté habilitado por el Ministerio del Interior, lo que implica estar en posesión de la TIP (Tarjeta de Identidad Profesional), que es el instrumento para identificarse ante quien lo requiera, y tener el despacho inscrito en el RNSP con su número correspondiente. Estos dos requisitos son básicos y obligatorios, y se debe exigir su exhibición antes de formalizar el contrato de Prestación de Servicios con cualquier detective privado.
La segunda cuestión más importante cuando queramos contratar a un detective privado es que nos genere confianza, y eso es algo que ni se compra ni se vende, simplemente se transmite. Cualquier profesional que necesitemos (abogado, médico, profesor, albañil…) debe generarnos esa confianza, pero en el caso del detective privado esta confianza debe ser absoluta, ya que se maneja mucha información, muy a menudo confidencial, y en las manos no adecuadas puede ocasionarnos graves problemas. Es imprescindible que se cree un clima de entendimiento y comunicación suficientes entre cliente y detective privado, a fin de que la investigación se lleve a cabo de la forma más discreta, eficiente y segura posible.
En todos los casos en que interviene un detective privado, la Ley le obliga a formalizar un contrato de Prestación de Servicios con su cliente, así como a emitir un Informe con los resultados obtenidos en su investigación, incluyendo las pruebas obtenidas (fotos, videos, audios, etc.). Si el cliente así lo requiere, el detective privado ratificará ante los Juzgados como perito/testigo el contenido íntegro del Informe emitido, sin cuyo testimonio presencial no tendrá validez legal a la hora de presentarlo como prueba.